Te proponemos un viaje al pasado, a las tradiciones de nuestros pueblos. Seguro que tus abuelos te han hablado en infinidad de ocasiones cómo era la vida en su aldea o pueblo y cómo ha cambiado todo.
El éxodo rural a las grandes ciudades, los avances tecnológicos, los nuevos medios de comunicación, la industrialización, los cambios en los hábitos de consumo… son solo algunos de los motivos que han provocado la desaparición de algunas de nuestras tradiciones rurales.
En este artículo queremos poner en valor esas tradiciones que, pese a todo, en algunos enclaves de nuestra geografía, aún se preservan. ¡Toma nota!
Cocer el pan en horno de leña
Si recorres la España rural es posible que te encuentres con algún lugar donde aún cuecen el pan en hornos de leña. Lugares donde se mantiene la tradición de hacer un pan que sabe y huele a pan. Hecho sin prisa, sin aditivos y con mucho cariño.
Hornos de siempre, de pueblo, que resisten al paso del tiempo. Uno de ellos se encuentra en Ludiente (Castellón). Conocido como el horno de Pan Cocer, se creó en 1886, por un movimiento asociativo vecinal por el bien común, para cubrir una necesidad esencial, cocer el pan, un alimento fundamental.
Según cuentan, los hornos de leña de los pueblos y aldeas de nuestra geografía, era un espacio reservado para las mujeres, quienes siempre se encargaron de hacer de horneras. Y eran los hombres quienes traían la leña, llenaban el horno y lo encendían de madrugada.
Si tienes la oportunidad de visitar un horno tradicional y probar su pan, te aseguramos que no olvidarás ni su olor ni su textura. ¡Imagínate prepararte un bocadillo de chuletas de cordero con un pan cocido a leña! Increíble.
Lavar en el lavadero público
Cuando las lavadoras no existían, ni había motivos para inventarlas, la ropa se lavaba a mano y se tendía al aire libre. Lavar no era solo una tarea doméstica. Era un acto social. Y es que en la mayoría de los pueblos de nuestra geografía existían (y en muchos aún se conserva a modo testimonial) lavaderos públicos.
Eran el lugar de encuentro de las mujeres, un espacio de sociabilización. Los lavaderos eran testigo mudo de secretos, romances, desgracias, alegrías… o cuanto ocurría en la aldea.
Los lavaderos eran pequeñas obras de ingeniería. Pilas gigantes de piedra que aprovechaban el agua de alguna fuente o manantial cercano. No cualquier lugar era válido para su emplazamiento.
Si visitas algún pequeño pueblo, seguro que te encuentras con algunas de estas obras arquitectónicas. Suelen estar a las afueras, cerca de los abrevaderos, donde tantas veces se acercan los pastores con sus rebaños. ¡Estamos convencidos que aprovecharás para hacerte alguna foto en estos lugares!
La matanza del cerdo
La matanza del cerdo pervive aún en muchos pueblos. Se celebra el 11 de noviembre, por la festividad de San Martín se celebra cada 11 de noviembre en honor de San Martín de Tous, y da inicio al invierno. De ahí el dicho: “A todo cerdo le llega su San Martín”.
Su finalidad es la de aprovechar toda la carne del cerdo y elaborar con ella embutidos para el aprovisionamiento del año, aunque hoy día, esta celebración tiene también un carácter festivo. Pues hacer una matanza casera no consiste únicamente en proveer de alimentos artesanales la despensa familiar para buena parte del año. Es también el momento en el que toda la familia y amigos se reúnen para pasar un día o un fin de semana de duro trabajo y celebración.
La matanza del cerdo no comprende únicamente los días de la matanza en sí, que suele durar entre dos a tres días; sino también el engorde y el curado.
El engorde es el tiempo desde que se compra el cerdo y se ceba hasta el día de la matanza. Y el curado, el periodo en el cual se elaboran los distintos alimentos: chorizos, jamón, longanizas, manteque, panceta, etc. Del despiece se aprovecha todo. Pues ya se sabe. «Del cerdo ibérico, hasta los andares».
El pregón
Hasta no hace muchos años, el pregonero era el encargado de comunicar a los vecinos los acuerdos oficiales y otras informaciones de interés general, como la venta ambulante de alimentos. Lo hacía en voz alta y previo aviso mediante repiques de tambor.
Cada pregonero empleaba los tonos de voz que creía más apropiados para atraer el interés de posibles compradores. Recorrían los pueblos de las distintas comarcas de una o varias regiones. Nada más escucharlos, la gente salía a la calle y compraban según sus necesidades.
En la actualidad, en algunos lugares se conserva esta figura por tradición, en fiestas y en celebraciones locales. Y en muchas localidades, se inician las fiestas patronales con el tradicional pregón de las fiestas. Seguro que
El pastoreo
España, al igual que el resto de Europa, es un país con una gran tradición pastoril y hay indicios de pastoreo en nuestros territorios desde la prehistoria. Tanto es así que gran parte de la riqueza medioambiental de España y su biodiversidad son consecuencia del mantenimiento de la ganadería que pasta en sus campos.
Seguro que te has cruzado alguna vez con un rebaño de ovejas en una excursión al campo o en una escapada de fin de semana al mundo rural. Recuerda que, para que puedas seguir disfrutando de unas deliciosas chuletillas de cordero, es necesario que se mantenga vivo el mundo rural y el pastoreo.
Cuéntanos. ¿Conoces alguna otra tradición de nuestros pueblos que convenga preservar? Te leemos.