Del campo a tu mesa: el viaje de la carne de cordero en clave sostenible
Detrás de cada corte de cordero que llega a la carnicería o al plato, hay un proceso complejo que empieza mucho antes de la compra. Desde la cría del animal hasta su comercialización, todo el recorrido está marcado por decisiones que afectan a la calidad del producto y a su impacto ambiental. En Europa, ese camino se ha consolidado bajo criterios de trazabilidad y sostenibilidad, con sistemas que garantizan el origen y fomentan un modelo de producción más respetuoso con el entorno.
Alimentación, bienestar animal y calidad
Durante su crecimiento, los corderos reciben una alimentación controlada que varía según la fase de desarrollo (lechal, recental o pascual). Las condiciones de cría también tienen un impacto directo en el bienestar animal, uno de los pilares de los estándares de producción en la Unión Europea.
Al priorizar prácticas ganaderas responsables, se consigue una carne de mayor calidad, con mejores propiedades organolépticas, procedente de animales que han sido criados de forma respetuosa y saludable.
Trazabilidad en toda la cadena
Uno de los grandes valores diferenciales del sector ovino europeo es la trazabilidad de la carne de cordero. Desde la identificación individual del animal hasta el etiquetado final en el punto de venta, todos los pasos quedan registrados. Esto permite conocer con exactitud el origen del producto, las condiciones de cría, el tipo de alimentación y la fase de sacrificio.
La trazabilidad no sólo es una garantía para el consumidor, sino una herramienta clave para reforzar la transparencia, la seguridad alimentaria y la confianza en el sistema productivo.
Transformación y distribución responsables
Tras el sacrificio, la carne pasa por centros de procesamiento y distribución que siguen estrictas normas sanitarias y medioambientales. Se controlan temperaturas, higiene, procesos de envasado y transporte para asegurar que el producto llegue en óptimas condiciones al consumidor, con el menor desperdicio posible.
Algunas cadenas de valor, especialmente las más comprometidas, incorporan criterios adicionales como el uso de energías renovables, reducción de plásticos o logística optimizada para minimizar emisiones.
Cordero europeo: calidad con impacto positivo
Cuando hablamos de sostenibilidad del cordero, no nos referimos solo al entorno natural. También hablamos de sostenibilidad económica y social: del apoyo a pequeñas explotaciones familiares, al relevo generacional en el campo y a la continuidad de un modelo agroalimentario arraigado en el territorio.
Elegir carne de cordero con trazabilidad garantizada no es solo una decisión culinaria: es una apuesta por un sistema más justo, equilibrado y conectado con el territorio.