El estómago de los rumiantes: todo lo que no sabías sobre su “multiestómago”
Cuando pensamos en la digestión animal, solemos imaginarnos un sistema sencillo: los alimentos entran, se procesan en el estómago, se absorben nutrientes y listo. Pero en el caso de las ovejas (y otros rumiantes), el proceso es mucho más complejo… ¡y fascinante! Aunque a menudo se dice que tienen «varios estómagos», en realidad tienen un solo estómago dividido en cuatro compartimentos, que trabajan juntos como una máquina perfectamente sincronizada.
En este artículo te explicamos en detalle cómo funciona la digestión de las ovejas, por qué son unas auténticas expertas en reciclaje alimentario y cómo este sistema único les permite extraer el máximo valor nutricional del pasto.
La digestión de las ovejas: ¿tienen realmente cuatro estómagos?
No exactamente. Las ovejas no tienen cuatro estómagos, sino un solo estómago con cuatro compartimentos que cumplen funciones diferentes dentro del proceso digestivo. Este tipo de sistema se conoce como digestión rumiante, y permite a las ovejas aprovechar nutrientes de plantas muy fibrosas como el heno o la hierba fresca.
Estos compartimentos se llaman:
- Rumen
- Retículo
- Omaso
- Abomaso
Cada uno de ellos tiene una función concreta en la cadena digestiva, y juntos hacen posible que las ovejas transformen alimentos duros y ricos en celulosa en energía y proteínas que su cuerpo puede aprovechar.
Rumen: el gran tanque de fermentación
El rumen es el compartimento más grande, con una capacidad de hasta 11 litros en una oveja adulta. Funciona como un gigantesco tanque de fermentación, donde vive una comunidad diversa de bacterias, protozoos y hongos que descomponen la fibra vegetal.
Cuando la oveja come pasto, este llega primero al rumen. Allí comienza un proceso biológico complejo en el que los microorganismos transforman la celulosa y otros carbohidratos complejos en ácidos grasos volátiles que el animal puede absorber y convertir en energía.
Este proceso es clave en la digestión de las ovejas y marca una diferencia importante respecto a otros animales herbívoros, como los caballos, que no pueden fermentar la comida de esta manera.
Retículo: el filtro inteligente
Después del rumen, la comida pasa al retículo, un compartimento más pequeño que trabaja en conjunto con el rumen. Aquí se produce una acción muy curiosa: el retículo «decide» qué partículas están listas para seguir adelante en el proceso digestivo y cuáles deben volver a la boca para ser regurgitadas y masticadas nuevamente.
Sí, lo has leído bien: las ovejas mastican su comida dos veces. Esta acción se llama rumiación, y consiste en regurgitar pequeñas porciones del alimento parcialmente digerido (conocido como “bolo alimenticio”) para volver a masticarlas y triturarlas mejor.
Este proceso no solo mejora la eficiencia digestiva, sino que también permite una mayor superficie de contacto para que los microorganismos del rumen puedan seguir descomponiendo la fibra.
Omaso: el gran extractor de nutrientes
El tercer compartimento, el omaso, actúa como una esponja. Su función principal es absorber el agua y los nutrientes que se han liberado durante las fases anteriores del proceso digestivo.
Gracias a su estructura interna, con muchas láminas o pliegues, el omaso ofrece una gran superficie de absorción. Aquí se recuperan minerales, electrolitos y ácidos grasos que son esenciales para el metabolismo de la oveja.
Este paso demuestra hasta qué punto el sistema digestivo de estos animales está orientado al máximo aprovechamiento de cada bocado.
Abomaso: el estómago "real"
Finalmente, la comida llega al abomaso, el único compartimento que funciona de forma similar al estómago humano o de otros animales no rumiantes. Aquí es donde se liberan enzimas digestivas como la pepsina y el ácido clorhídrico, que se encargan de descomponer las proteínas y completar el proceso digestivo.
El abomaso es considerado el “estómago verdadero” de las ovejas, ya que cumple la función clásica de digerir químicamente los alimentos para su absorción final en el intestino delgado.
¿Por qué es tan eficiente la digestión de las ovejas?
El sistema digestivo de las ovejas ha evolucionado para permitirles extraer energía de materiales vegetales que serían indigeribles para otros animales. Al aprovechar la fermentación microbiana, la rumiación y una absorción muy eficiente de nutrientes y agua, pueden vivir con una dieta basada casi exclusivamente en hierbas, heno y forrajes.
Esto no solo tiene ventajas desde el punto de vista biológico, sino que convierte a las ovejas en animales especialmente sostenibles. Pueden pastar en terrenos donde otros animales no sobrevivirían, ayudan a mantener los ecosistemas y son parte activa de muchos modelos de agricultura circular.
Un sistema digestivo tan complejo como eficiente
Ahora que ya conoces cómo funciona la digestión de las ovejas, es fácil entender por qué estos animales son tan especiales. Su estómago de cuatro compartimentos es una verdadera obra maestra de la evolución, que les permite transformar pasto en proteínas de alta calidad de forma natural y sostenible.
Así que la próxima vez que veas a una oveja masticando tranquilamente en el campo, recuerda que no solo está comiendo: está reciclando, rumiando y optimizando cada fibra vegetal que consume. ¡Una auténtica experta en digestión!
CabritoPedia: curiosidades que alimentan el conocimiento
¿Sabías que una oveja puede pasar entre 6 y 8 horas al día rumiando? Esto incluye tanto el tiempo de pasto como el de descanso, donde se tumban tranquilamente a masticar de nuevo lo que ya han comido. Esta rutina diaria es clave para que el sistema digestivo funcione bien.
Además, se estima que el rumen de una oveja puede albergar hasta 10.000 millones de microorganismos por mililitro de contenido. Es como si llevaran un laboratorio de biotecnología incorporado en su estómago.
Gracias a esta compleja digestión, las ovejas cumplen un papel esencial en el aprovechamiento de recursos naturales y en la producción de carne sostenible y de calidad.